Me preparo el desayuno,
me lo traigo a la cama,
me auto-mimo.
Domingo.
Pongo una película de desamor,
porque así son los domingos
en soledad consigo mismo.
Domingo.
Con pocas ganas de relamer las heridas,
de agarrar hilo y aguja para cerrar,
de agarrar la gotita y sellar.
Domingo.
Me sumerjo en la cama,
y que todo el mundo siga
como siempre
sin mi.
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