jueves, 16 de abril de 2015

Niñas

Ella la mira fijamente
y comienza a imaginar
todo lo que le haría.
Comenzará acariciándole las piernas
hasta donde llega la pollera.
Respirara profundo en su cuello,
y besando poco a poco su pecho
le desabrochara la camisa.
La observaría, así,
con el corpiño blanco.
Poco a poco
meterá su mano en la pollera
y comenzará a pervertirla
hasta hacerla estallar.
Cree que será una buena idea atarla
para no perder el control.
Lo hará, y luego
con su lengua filosa lamerá.
Se introducirá hasta en el alma.
Lla hará estallar, de nuevo,
una y otra vez,
hasta que pida por favor
cambiar de roles.
Ella aceptará sin mayor oposición,
y comenzará a gozar de la inocencia
de la otra nena.
Rápidamente la fantasía se termina
en el mejor momento.
Fin del recorrido,
la pequeña ejecutiva
se baja del colectivo...