domingo, 23 de octubre de 2016

Ángel caído.

Vengo arrastrando los pies,
tengo la piedra pesada en la espalda,
creo que no puedo más.

El corazón se estruja,
se siente chico,
presiona.

Mis ojos al borde del llanto,
en mi garganta un grito de espanto.
Mirada al cielo, buscando una respuesta.

Mi cuerpo se arruina
entre el alcohol y el cigarro.
No lo quiero, no lo necesito.

Mis alas las perdí en alguna apuesta.
Siempre apostando al peor jugador.
Tengo un don para eso, lo sé.

Vengo arrastrándome desde hace rato ya,
y creo que no me quiero levantar.
Mejor me quedo tumbada acá,
algún día alguien me vendrá a rescatar.




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