Tu boca,
sensual y peligrosa,
me invita a escuchar
cada palabra que sale de ella.
Hagámoslo así,
creeré que todo es perfecto,
que todo marcha como soñamos,
y lo creeré, solamente,
porque lo dice tu boca,
sagrada y misteriosa.
Ábrela, regálame esa sonrisa,
inmensa, real, que tienes.
Ciérrala, regálame ese pucherito
tan bello y artificial que te fuerzo a hacer.
Acércate un poco más,
debo contarte un secreto,
debo entregarte el alma.
Dame esa boca pecaminosa
que si Dios supiera todo lo que hace,
la condenaría al infierno.
Consumemos este acto con un beso,
tan profundo que me quite el aire.
Embriaguémonos de nuestras salivas.
Ahógame,
hasta que me des respiración
boca a boca.
Mátame, y revíveme en un beso,
en cada instante de este amor,
porque si ves,
mi boca encaja perfecto en tu boca,
todo mi ser encaja perfecto en tu boca.
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